Virtualizamos con XEN un servidor dedicado, obteniendo varios servidores virtuales o VPS. Accedemos a un servidor virtual de estos y le instalamos el Sistema Operativo de una distribución Linux, con la que conseguimos el máximo rendimiento y la mayor seguridad. Finalmente instalamos tanto Java como Apache Tomcat, y alojamos la aplicación de nuestro cliente en el servidor, teniendo acceso con ello a toda la potencia del servidor en exclusiva.
Esta opción es bastante interesante ya que, por una parte al utilizar un servidor virtual se consigue un precio barato, y por otra parte como el servidor Tomcat es privado, sólo habrá una aplicación web alojada, con lo que dispondrá por completo de todos los recursos. Esta configuración está indicada para un ámbito profesional, pequeñas empresas que dispongan de una aplicación web mediana con cierta necesidad de recursos, pero que busquen un buen precio.